!oy yos isA¡

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miércoles, 15 de diciembre de 2010

En boca cerrada no entran moscas.


Se besaban mientras les envidié pensando qué rico sabe un beso en pleno invierno.
Y derepente...
"¿Quieres follarme?", - rompió como un estruendo que frenó el caos de la ciudad para dejarla muda y atónita.
Era la dama del beso. La niñata del beso.
"La maleducada de turno." Es lo que cuchichearon el grupo de canas y presuntuosos abrigos de piel que estaban en primera fila de cine al detalle de, hasta ahora, la escena romántica. Y yo siendo todavía morena compartía el mal juicio.
MALA EDUCACIÓN.
Su final fue catastrófico y horripilante. A su inocente abuelo, al oirle desde su casa, le estallaron los oídos y quedó dotado para siempre de un garbanzo entre pierna y pierna. Su madre, entre autorreproches y sentimiento de culpa, perdió la cabeza y empezó a soltar disparates obscenos por la boca de forma incesante jamás vista. La deshonra del padre no valía ni por todo el oro de este mundo. Por lo que fue él mismo quien decidió vivir arrodillado y, para limpiar la reputación de su familia, cepillaba sin cesar la lengua de su mujer con estropajo y jabón en mano. A su hermano le pilló en pleno acto y recibió la visita del querido Gatillazo Humillante. La dama del beso no folló más y perdía en el sillón de su cuarto, piensa en él con sus manos.
CASTIGO.

"A."

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